los excluidos del contrato social

los excluidos del contrato social

Jorge Luis...

Hace unos días que estoy con la cabeza en otro lado. Pero dado que te molestaste en entrar a mi blog te regalo un pedacito de Borges.

EL BASTON DE LACA

María Kodama lo descubrió. Pese a su autoridad y a su firmeza, es curiosamente liviano. Quienes lo ven lo advierten; quienes lo advierten lo recuerdan.
Lo miro. Siento que es una parte de aquel imperio, infinito en el tiempo, que erigió su muralla para construir un recinto mágico.
Lo miro. Pienso en aquel Chuang Tzu que soñó que era una mariposa y que no sabía al despertar si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre.
Lo miro. Pienso en el artesano que trabajó el bambú y lo dobló para que mi mano derecha pudiera calzar bien en el puño.
No sé si vive aún o ha muerto.
No sé si es taoísta o budista o si interroga el libro de los sesenta y cuatro hexagramas.
No nos veremos nunca.
Está perdido entre novecientos treinta millones.
Algo, sin embargo, nos ata.
No es imposible que Alguien haya premeditado este vínculo.
No es imposible que el universo necesite este vínculo.

... en “La Cifra” (1981).

6 comentarios:

Unknown dijo...

Borges siempre es un regalo, y uan obligacion...
Salu2

Selfish Fish dijo...

Hey q bueno..

Sin palabras con JL. Menos malll

Selfish Fish dijo...

pensas volver?

Beatriz dijo...

Gracias por el regalito.
Yo venía por aquí porque me gusta la palabra concupiscencia y la encontré en un blog y le pasé el mouse por encima.

Anónimo dijo...

A mí también me gusta la palabra concupiscencia! La aprendí en el colegio, término excluido, con mis amigos la adoptamos rápidamente porque nos parecía muy gracioso usar un término tan rebuscado para hablar de calentura.
Más allá de la anécdota, te quería decir que escribieras más, me gusta leerte, pero escribes una vez a las 500. Supongo que esto era lo que necesitabas escuchar y me harás caso de inmediato.
Nos leemos.

Apollonia dijo...

Borges qué decir... si ya lo dijo todo.

Y genial el nombre del blog.