Es un lluvioso día de Domingo por la tarde. Normalmente dedico este día a leer el Pagina 12 pero hoy hice una excepción: terminé de leer un libro que comencé anoche: "El Extranjero", de Albert Camus. Interesante. Mersault, el protagonista, refleja bastante bien uno de mis "yoes". A veces me pregunto cuántos "Juanes" conviven dentro de mí.
Cuando se termina de leer un libro queda uno como sumergido durante un tiempo en ese mundo intermedio entre la ficción y la realidad, una región de ensueño donde se deben adivinar las formas, estimular las sensaciones y encontrar las esencias que quiso expresar el autor. En esos momentos, momentos de aguda sensibilidad, de absoluta intimidad, me sucede que durante un largo espacio de tiempo, horas tal vez (a veces días enteros), no quiero que nada me distraiga, que nada contamine ese momento de sagrada comunión interior. Ajeno a todo, profundizando en el abismo metafísico del Absoluto, con la mirada perdida en la lejanía de un horizonte mental, de un paisaje onírico, termino sustrayéndome del mundo que me rodea, como si "algo" o "alguien" me poseyera, me aspirara hacia otra dimensión donde la noción del tiempo no existiese.Con el libro aún en mis manos fui reconstruyendo el relato, recuperando los detalles, deteniéndome en aquellos fragmentos que me resultaron significativos: "...comprendí entonces que un hombre que no hubiera vivido más que un sólo día podía vivir fácilmente cien años en una cárcel." Fragmentos, decía, que tocaron fribras sensibles en mí, que despertaron recuerdos y sensaciones que dormían en anaqueles de la memoria.Y así, de entre las sombras, viniste a mí...
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1 comentario:
los domngos lluviosos son mis peores días, pero los necesito. Soy terriblemente masoquista.
Me fascina "El Extranjero". Muy bien hecho por leerlo
_-_-_Nene Tonto_-_-_
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